Prehistoria
En México existen rastros materiales considerados como Patrimonio Cultural Sumergido (PCS) que se remontan a la Prehistoria. Hasta ahora, los hallazgos más antiguos se han producido en el cenote “Hoyo Negro”, en Quintana Roo, que preserva restos del esqueleto de una joven mujer –nombrada Naia- y de decenas de animales pertenecientes a la megafauna (como el perezoso gigante o el tigre dientes de sable), con una antigüedad de entre 12000 y 13000 años.
Época Prehispánica
Tiempo después, desde c. 2500 a.C. hasta el siglo XVI d.C., los pueblos indígenas que habitaron en nuestro territorio, dejaron a su paso numerosos restos que, por la intención o la coincidencia, terminaron sumergidos o, al menos, asociados a contextos acuáticos. Hoy en día, muestra de tales magníficos hallazgos son, por ejemplo, los restos de Nahualac, sitio ubicado en las faldas del volcán Iztaccíhuatl, o los del Manantial Media Luna, en San Luis Potosí.
Periodo Colonial
A partir del siglo XV, el contacto entre Europa y América dio lugar a un intenso tráfico marítimo transoceánico que revolucionó la historia mundial. En tal proceso, a lo largo de los 300 años siguientes, México fue un territorio clave. De esta manera, materiales de las factorías europeas, de los talleres asiáticos y de los campos americanos, al igual que vestigios de obras portuarias construidas por los europeos y embarcaciones que naufragaron, enriquecieron el Patrimonio Cultural Sumergido (PCS) presente en aguas mexicanas.
Siglo XIX
México vivió cambios trascendentes durante el siglo XIX. En la navegación, dichas transformaciones incluyeron la construcción naval compuesta (de hierro y madera), la hechura de hierro de los cascos de los buques veleros, y la transición motriz al uso del vapor.
Asimismo, la Independencia de 1810 supuso una apertura al comercio marítimo mundial. Esto, a su vez, conllevó mejoras en las instalaciones portuarias y en el auxilio a la navegación, así como una gran diversificación de la cultura material internacional embarcada.
Siglo XX
El siglo XX en México se manifestó como una época de avances tecnológicos. La transición de la vela al vapor incrementó la rapidez de los viajes, favoreciendo la transportación de más personas en menos tiempo. Además, la Revolución Mexicana implicó el uso de nuevas tecnologías en el campo de la guerra naval, como los cañoneros que se dejaron ver durante el conflicto armado. Finalmente, se pueden encontrar restos de embarcaciones nacionales e internacionales hundidas que demuestran la importancia comercial marítima que tuvo México.